NOCHE DE TERROR
DOS POLICÍAS PRESOS EN ROSARIO POR TORTURAR Y ROBAR 28 MIL DÓLARES
05 de septiembre de 2025 08:37

Dos policías del Comando Radioeléctrico quedaron en prisión preventiva por 60 días y serán sometidos a pericias psiquiátricas tras ser acusados de golpear, amenazar y robar 28 mil dólares a un joven en Rosario.
Lo que debía ser un procedimiento común terminó en un hecho escandaloso que sacude a la fuerza policial en Rosario. Dos suboficiales del Comando Radioeléctrico (CRE) fueron imputados por privar ilegítimamente de la libertad, aplicar apremios ilegales, amenazar de muerte y robar 28 mil dólares a un joven de 32 años durante una supuesta identificación de rutina en la noche del jueves 28 de agosto. El juez Hernán Postma ordenó su prisión preventiva por 60 días y dispuso un examen psiquiátrico ante las dudas sobre el estado de salud mental de los acusados.
Los imputados son Gustavo Blanco, de 32 años y oriundo de Rosario, y Ainara Velázquez, de 23, nacida en Reconquista. Ambos fueron detenidos por personal de Asuntos Internos mientras cumplían servicio en la zona noroeste. Tres días después comparecieron en audiencia imputativa, donde el fiscal José Luis Caterina detalló la secuencia de hechos que sufrió la víctima, identificada con las siglas F.C.
Todo comenzó cuando el joven caminaba por la zona de Pichincha rumbo a cenar con amigos. Al llegar al cruce ferroviario de la línea Mitre, cerca de Francia y el río, fue interceptado por un móvil policial (11146). Según el relato, Velázquez le ordenó apoyarse contra el patrullero mientras Blanco realizaba una requisa. Cuando F.C. preguntó el motivo de la intervención, recibió golpes de puño en la cara y el estómago.
La violencia escaló rápidamente: Blanco lo derribó, lo tomó del cuello con una llave que le impedía respirar y le lanzó amenazas como: “Te voy a matar”. En medio de la desesperación, F.C. pidió ayuda a la suboficial Velázquez, quien respondió: “Callate, hijo de puta”. Los golpes continuaron en costillas y abdomen, hasta que, al borde del desmayo, la víctima fue esposada y subida al patrullero.
Dentro del vehículo, el tormento no se detuvo. Los agentes le apretaron las esposas con fuerza, lo golpearon nuevamente y lo amedrentaron con insultos y amenazas. Fue en ese momento cuando, por temor a perder la vida, el joven ofreció dinero a cambio de que lo dejaran en libertad.
Los policías aceptaron y lo obligaron a llevarlos hasta su departamento en el centro de Rosario. Allí sustrajeron 28 mil dólares en efectivo, suma que la víctima había guardado en su domicilio. Con ese botín se retiraron, pero el caso no quedó impune: F.C. radicó la denuncia, se sometió a un examen médico que constató las lesiones y activó la intervención de Asuntos Internos.
En la audiencia, ninguno de los policías prestó declaración. Sus defensas plantearon la necesidad de evaluar su salud mental, algo que el juez Postma convalidó ordenando pericias psiquiátricas. “Es un hecho gravísimo que compromete no solo la confianza en las instituciones, sino también el deber esencial de quienes deben velar por la seguridad pública”, señaló el fiscal Caterina.
El escándalo generó fuerte repercusión en ámbitos judiciales y policiales. Se trata de la primera vez en meses que dos efectivos en funciones quedan bajo prisión preventiva en un caso con esta combinación de violencia, amenazas y robo millonario.
La investigación sigue en curso y no se descarta que puedan sumarse nuevas pruebas o imputaciones. Por ahora, Blanco y Velázquez permanecerán detenidos mientras se espera el resultado de los exámenes psiquiátricos que podrían determinar su futuro procesal.
Lo que debía ser un procedimiento común terminó en un hecho escandaloso que sacude a la fuerza policial en Rosario. Dos suboficiales del Comando Radioeléctrico (CRE) fueron imputados por privar ilegítimamente de la libertad, aplicar apremios ilegales, amenazar de muerte y robar 28 mil dólares a un joven de 32 años durante una supuesta identificación de rutina en la noche del jueves 28 de agosto. El juez Hernán Postma ordenó su prisión preventiva por 60 días y dispuso un examen psiquiátrico ante las dudas sobre el estado de salud mental de los acusados.

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Todo comenzó cuando el joven caminaba por la zona de Pichincha rumbo a cenar con amigos. Al llegar al cruce ferroviario de la línea Mitre, cerca de Francia y el río, fue interceptado por un móvil policial (11146). Según el relato, Velázquez le ordenó apoyarse contra el patrullero mientras Blanco realizaba una requisa. Cuando F.C. preguntó el motivo de la intervención, recibió golpes de puño en la cara y el estómago.
La violencia escaló rápidamente: Blanco lo derribó, lo tomó del cuello con una llave que le impedía respirar y le lanzó amenazas como: “Te voy a matar”. En medio de la desesperación, F.C. pidió ayuda a la suboficial Velázquez, quien respondió: “Callate, hijo de puta”. Los golpes continuaron en costillas y abdomen, hasta que, al borde del desmayo, la víctima fue esposada y subida al patrullero.
Dentro del vehículo, el tormento no se detuvo. Los agentes le apretaron las esposas con fuerza, lo golpearon nuevamente y lo amedrentaron con insultos y amenazas. Fue en ese momento cuando, por temor a perder la vida, el joven ofreció dinero a cambio de que lo dejaran en libertad.
Los policías aceptaron y lo obligaron a llevarlos hasta su departamento en el centro de Rosario. Allí sustrajeron 28 mil dólares en efectivo, suma que la víctima había guardado en su domicilio. Con ese botín se retiraron, pero el caso no quedó impune: F.C. radicó la denuncia, se sometió a un examen médico que constató las lesiones y activó la intervención de Asuntos Internos.
En la audiencia, ninguno de los policías prestó declaración. Sus defensas plantearon la necesidad de evaluar su salud mental, algo que el juez Postma convalidó ordenando pericias psiquiátricas. “Es un hecho gravísimo que compromete no solo la confianza en las instituciones, sino también el deber esencial de quienes deben velar por la seguridad pública”, señaló el fiscal Caterina.

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