El hallazgo se dio en Victoria, Entre Ríos, cuando dos estudiantes de profesorado colocaron una cámara para esclarecer la desaparición de dinero en sus bolsos.

Lo que comenzó como sospechas terminó en un registro contundente: en Victoria, provincia de Entre Ríos, dos alumnas del profesorado de Ciencias de la Educación descubrieron que su propia docente revisaba sus pertenencias y sustraía dinero en el aula. El hecho quedó documentado en un video que rápidamente se viralizó en redes sociales y derivó en una denuncia policial.

La secuencia ocurrió el jueves pasado en la Escuela Normal Superior “Osvaldo Magnasco”. Las jóvenes, cansadas de advertir faltantes de dinero desde hacía meses, idearon un plan para conocer la verdad. Colocaron un celular en el aula, apuntando hacia sus bolsos, y al revisar el material se encontraron con una escena inesperada: la profesora a cargo de la clase manipulaba sus pertenencias y retiraba efectivo.



El jefe de Policía de Victoria, Martín Tello, explicó que las estudiantes actuaron tras notar la reiteración de pérdidas. “Decidieron colocar un teléfono celular grabando hacia las carteras y cuando revisaron las imágenes se percatan de que la profesora es la persona que les revisaba los bolsos”, detalló. Confirmado el faltante, las alumnas radicaron la denuncia esa misma noche y presentaron la grabación como prueba.

De acuerdo al testimonio de otros alumnos, la docente aprovechaba los recreos para quedarse sola en el aula. Incluso, en algunas ocasiones, habría pedido a quienes permanecían en el salón que se retiraran hacia Secretaría con distintos pretextos, lo que le permitía revisar las pertenencias sin ser vista.

Tras la denuncia, la Justicia actuó de inmediato. El material fílmico fue secuestrado y quedó en manos del fiscal Jorge Gamal Taleb, quien instruyó la causa. La mujer fue imputada y se espera que sea indagada en las próximas horas. Mientras tanto, el caso generó un fuerte impacto en la comunidad educativa y en la ciudad.

La institución emitió un comunicado en el que subrayó que, tras conocerse los hechos, se adoptaron “de manera inmediata las intervenciones y medidas pertinentes en el marco de la Potestad Disciplinaria”. Asimismo, aclaró que se trata de un hecho aislado que no refleja la tarea diaria del cuerpo docente, al que describieron como comprometido con la formación de calidad y la vocación educativa.

La difusión del video generó repercusión más allá de Victoria. El caso se expandió en redes sociales, donde la grabación fue replicada cientos de veces y provocó debates en torno al vínculo de confianza en el aula, la seguridad de los estudiantes y el rol docente.

Ahora, la investigación judicial deberá avanzar para determinar responsabilidades penales y administrativas. La comunidad educativa, en tanto, intenta procesar lo ocurrido: un episodio insólito que expuso una realidad inesperada en un espacio donde, justamente, debía primar la confianza.

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