MOMENTO CLAVE
LA SOJA SE DISPARA Y CAPUTO SUMA DIVISAS CLAVE ANTES DE LAS ELECCIONES
08 de agosto de 2025 08:31

Con el precio interno de la soja en máximos del año y una mejora en las liquidaciones, el campo podría aportar más de u$s2.000 millones en agosto. La suba compensa la baja en el ingreso de divisas desde Vaca Muerta y brinda aire al Gobierno en plena campaña.
Mientras el Ministerio de Economía enfrentaba una mala noticia desde el frente energético, con una baja inesperada en la producción de Vaca Muerta, el mercado de granos dio una señal clave: la soja argentina se disparó hasta los $392.000 por tonelada, un 20% más que el promedio de los últimos dos meses, generando un incentivo directo a la venta por parte de los productores.
Este repunte, que ocurre a contramano de la tendencia internacional —donde la cotización en Chicago lucha por mantenerse por encima de los u$s365—, generó un cambio en las expectativas oficiales. Si se mantiene el ritmo actual, el agro podría liquidar más de u$s2.200 millones durante agosto, cifra que ayudaría a contener la presión cambiaria justo en el último tramo hacia las elecciones.
El miércoles se reportó el ingreso de 4.247 camiones al polo exportador de Rosario, triplicando el promedio de finales de julio. Las liquidaciones superaron nuevamente los u$s100 millones diarios, lejos aún de los niveles de junio o julio, pero significativos tras el desplome de fin de mes.
Para Luis Caputo, la buena nueva desde el campo llega en el momento justo: la producción de Vaca Muerta, que en enero se esperaba generara un superávit comercial de u$s8.000 millones, podría ahora dejar u$s2.000 millones menos debido a la baja de precios globales. Así, la soja vuelve a ocupar su rol histórico como principal generador de divisas, en un escenario donde las reservas netas siguen siendo una preocupación para el Fondo Monetario y los mercados.
El salto del precio interno responde a una combinación de factores: la rebaja de retenciones al 26%, la devaluación del peso en junio, y la incertidumbre futura, que acelera ventas antes de una posible baja en el tipo de cambio. Hoy, el productor recibe u$s294 por tonelada —el 83% del precio internacional—, una proporción que no se veía desde hace años.
Con cerca del 46% de la cosecha aún sin vender —unas 23 millones de toneladas—, el potencial exportador ronda los u$s8.200 millones. Ese ingreso podría permitirle al gobierno equilibrar cuentas en plena campaña, incluso resignando una porción marginal de recaudación fiscal.
Mientras el Ministerio de Economía enfrentaba una mala noticia desde el frente energético, con una baja inesperada en la producción de Vaca Muerta, el mercado de granos dio una señal clave: la soja argentina se disparó hasta los $392.000 por tonelada, un 20% más que el promedio de los últimos dos meses, generando un incentivo directo a la venta por parte de los productores.
Este repunte, que ocurre a contramano de la tendencia internacional —donde la cotización en Chicago lucha por mantenerse por encima de los u$s365—, generó un cambio en las expectativas oficiales. Si se mantiene el ritmo actual, el agro podría liquidar más de u$s2.200 millones durante agosto, cifra que ayudaría a contener la presión cambiaria justo en el último tramo hacia las elecciones.
El miércoles se reportó el ingreso de 4.247 camiones al polo exportador de Rosario, triplicando el promedio de finales de julio. Las liquidaciones superaron nuevamente los u$s100 millones diarios, lejos aún de los niveles de junio o julio, pero significativos tras el desplome de fin de mes.
Para Luis Caputo, la buena nueva desde el campo llega en el momento justo: la producción de Vaca Muerta, que en enero se esperaba generara un superávit comercial de u$s8.000 millones, podría ahora dejar u$s2.000 millones menos debido a la baja de precios globales. Así, la soja vuelve a ocupar su rol histórico como principal generador de divisas, en un escenario donde las reservas netas siguen siendo una preocupación para el Fondo Monetario y los mercados.
El salto del precio interno responde a una combinación de factores: la rebaja de retenciones al 26%, la devaluación del peso en junio, y la incertidumbre futura, que acelera ventas antes de una posible baja en el tipo de cambio. Hoy, el productor recibe u$s294 por tonelada —el 83% del precio internacional—, una proporción que no se veía desde hace años.
Con cerca del 46% de la cosecha aún sin vender —unas 23 millones de toneladas—, el potencial exportador ronda los u$s8.200 millones. Ese ingreso podría permitirle al gobierno equilibrar cuentas en plena campaña, incluso resignando una porción marginal de recaudación fiscal.
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