TIEMPOS DE CRISIS
CONSUMO ESTANCADO: MÁS FAMILIAS FINANCIAN CON TARJETA LOS GASTOS BÁSICOS
10 de agosto de 2025 11:41

El consumo no repunta: cada vez más familias usan la tarjeta de crédito para comprar en el supermercado.
Un fenómeno cada vez más visible en los hogares argentinos revela cambios profundos en la forma de afrontar las compras diarias. Mientras sectores como la venta de autos o los viajes al exterior muestran signos de expansión, la demanda de bienes esenciales como alimentos y productos para el hogar permanece estancada y sin señales claras de recuperación. En este contexto, casi la mitad de las operaciones en supermercados se abonan con tarjeta de crédito, una cifra que no para de crecer.
El último informe del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, basado en datos oficiales del INDEC, detalla que el 46% de las compras en supermercados, que incluyen alimentos, electrodomésticos y otros artículos, se pagan mediante tarjeta de crédito. Este porcentaje representa un aumento de siete puntos porcentuales en lo que va de la gestión actual, pasando del 39% en diciembre de 2023 al 46% en mayo de 2025.
Paralelamente, el uso de tarjetas de débito retrocedió del 34% al 27%, mientras que los pagos en efectivo cayeron del 20% al 16%. Esta tendencia sugiere que muchas familias estarían recurriendo al endeudamiento para poder cubrir sus gastos cotidianos, como alimentos, productos de higiene y otros bienes de primera necesidad.
Los datos de ventas totales reflejan este contexto: el nivel de ventas en supermercados, mayoristas y minoristas se encuentra en promedio un 30% por debajo del registrado en diciembre de 2023. En el mismo período, las ventas mayoristas acumulaban una baja del 5%, mientras que las grandes cadenas minoristas tuvieron un leve repunte del 6,1%.
El crecimiento en los primeros meses de 2025 no ha alcanzado para compensar la caída cercana al 10% acumulada entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, según explicó el informe de la UBA. Esto refuerza la idea de que el consumo masivo enfrenta un estancamiento que obliga a las familias a buscar financiamiento para sostener sus compras básicas.
Tarjetas de crédito al alza, pero también crece la mora
El protagonismo de las tarjetas de crédito se refleja también en el volumen total operado: según el índice Payway, en el segundo trimestre de 2025 las operaciones con tarjetas de crédito representaron el 63,2% del total, un incremento de 5,4 puntos en relación al mismo trimestre del año anterior. Durante ese período, las compras con un solo pago abarcaron el 58,3%, mientras que los planes de cuotas ganaron terreno, pasando del 29,1% al 34,8%.
Este mayor uso del plástico trae aparejado un aumento en la mora. De acuerdo con datos del Banco Central, a mayo la tasa de atraso en pagos con tarjeta de crédito de las familias alcanzó el 4,2%, subiendo un punto porcentual respecto a abril y 2,2 puntos en comparación con mayo de 2024. Esto evidencia tensiones crecientes en la capacidad de pago de los consumidores.
¿Por qué crece el uso de la tarjeta de crédito en el súper?
Diversos factores explican la creciente preferencia por las tarjetas de crédito para financiar compras cotidianas. Las promociones y descuentos agresivos, con reintegros que pueden llegar al 30% o 40%, generan incentivos para pagar con tarjeta en lugar de efectivo o débito. Además, la falta de efectivo o liquidez inmediata lleva a muchas familias a usar el crédito como una solución de corto plazo.
La economista Florencia Iragui, de la consultora LCG, apunta que la combinación de promociones y la posibilidad de “ganar algunos días” antes de afrontar el pago atrae a muchos consumidores, aunque advierte que esta situación no es generalizable para todos los casos.
Para Mara Pegoraro, coordinadora del Centro RA de la UBA, el fenómeno tiene raíces más profundas: la caída del poder adquisitivo y la necesidad de recurrir al crédito para comprar bienes básicos. “No solo cambió el método de pago, sino que las ventas cayeron, entonces esto puede implicar que a la gente no le alcanza y requiere financiamiento”, explica.
Desde la consultora Scentia, Osvaldo del Río señala que, habitualmente, el 40% de las compras en supermercados se realizan con medios electrónicos (crédito y débito) y concentran más del 60% de la facturación. Sobre el aumento en el uso de tarjetas de crédito, considera que pudo ser un efecto puntual en mayo, impulsado por eventos como el Hot Sale, donde las promociones y cuotas sin interés alentaron a los consumidores.
En junio, sin embargo, el consumo masivo mostró una caída del 0,8% respecto a mayo, dejando un crecimiento acumulado muy leve en el primer semestre, del 0,4%. Esto sugiere que el incremento en el uso del crédito no se traduce aún en una recuperación sostenida del consumo.
Un fenómeno cada vez más visible en los hogares argentinos revela cambios profundos en la forma de afrontar las compras diarias. Mientras sectores como la venta de autos o los viajes al exterior muestran signos de expansión, la demanda de bienes esenciales como alimentos y productos para el hogar permanece estancada y sin señales claras de recuperación. En este contexto, casi la mitad de las operaciones en supermercados se abonan con tarjeta de crédito, una cifra que no para de crecer.
El último informe del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, basado en datos oficiales del INDEC, detalla que el 46% de las compras en supermercados, que incluyen alimentos, electrodomésticos y otros artículos, se pagan mediante tarjeta de crédito. Este porcentaje representa un aumento de siete puntos porcentuales en lo que va de la gestión actual, pasando del 39% en diciembre de 2023 al 46% en mayo de 2025.
Paralelamente, el uso de tarjetas de débito retrocedió del 34% al 27%, mientras que los pagos en efectivo cayeron del 20% al 16%. Esta tendencia sugiere que muchas familias estarían recurriendo al endeudamiento para poder cubrir sus gastos cotidianos, como alimentos, productos de higiene y otros bienes de primera necesidad.
Los datos de ventas totales reflejan este contexto: el nivel de ventas en supermercados, mayoristas y minoristas se encuentra en promedio un 30% por debajo del registrado en diciembre de 2023. En el mismo período, las ventas mayoristas acumulaban una baja del 5%, mientras que las grandes cadenas minoristas tuvieron un leve repunte del 6,1%.
El crecimiento en los primeros meses de 2025 no ha alcanzado para compensar la caída cercana al 10% acumulada entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, según explicó el informe de la UBA. Esto refuerza la idea de que el consumo masivo enfrenta un estancamiento que obliga a las familias a buscar financiamiento para sostener sus compras básicas.
Tarjetas de crédito al alza, pero también crece la mora
El protagonismo de las tarjetas de crédito se refleja también en el volumen total operado: según el índice Payway, en el segundo trimestre de 2025 las operaciones con tarjetas de crédito representaron el 63,2% del total, un incremento de 5,4 puntos en relación al mismo trimestre del año anterior. Durante ese período, las compras con un solo pago abarcaron el 58,3%, mientras que los planes de cuotas ganaron terreno, pasando del 29,1% al 34,8%.
Este mayor uso del plástico trae aparejado un aumento en la mora. De acuerdo con datos del Banco Central, a mayo la tasa de atraso en pagos con tarjeta de crédito de las familias alcanzó el 4,2%, subiendo un punto porcentual respecto a abril y 2,2 puntos en comparación con mayo de 2024. Esto evidencia tensiones crecientes en la capacidad de pago de los consumidores.
¿Por qué crece el uso de la tarjeta de crédito en el súper?
Diversos factores explican la creciente preferencia por las tarjetas de crédito para financiar compras cotidianas. Las promociones y descuentos agresivos, con reintegros que pueden llegar al 30% o 40%, generan incentivos para pagar con tarjeta en lugar de efectivo o débito. Además, la falta de efectivo o liquidez inmediata lleva a muchas familias a usar el crédito como una solución de corto plazo.
La economista Florencia Iragui, de la consultora LCG, apunta que la combinación de promociones y la posibilidad de “ganar algunos días” antes de afrontar el pago atrae a muchos consumidores, aunque advierte que esta situación no es generalizable para todos los casos.
Para Mara Pegoraro, coordinadora del Centro RA de la UBA, el fenómeno tiene raíces más profundas: la caída del poder adquisitivo y la necesidad de recurrir al crédito para comprar bienes básicos. “No solo cambió el método de pago, sino que las ventas cayeron, entonces esto puede implicar que a la gente no le alcanza y requiere financiamiento”, explica.
Desde la consultora Scentia, Osvaldo del Río señala que, habitualmente, el 40% de las compras en supermercados se realizan con medios electrónicos (crédito y débito) y concentran más del 60% de la facturación. Sobre el aumento en el uso de tarjetas de crédito, considera que pudo ser un efecto puntual en mayo, impulsado por eventos como el Hot Sale, donde las promociones y cuotas sin interés alentaron a los consumidores.
En junio, sin embargo, el consumo masivo mostró una caída del 0,8% respecto a mayo, dejando un crecimiento acumulado muy leve en el primer semestre, del 0,4%. Esto sugiere que el incremento en el uso del crédito no se traduce aún en una recuperación sostenida del consumo.
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